Su arquitectura es una síntesis entre una avanzada tecnología vitícola y la estética del paisaje patagónico. Posee una organización en forma lineal donde la bodega, con capacidad para 1.800.000 litros, se integra al paisaje a través de distintos taludes que la emparentan con las formaciones montañosas de la región conocidas como bardas.
El complejo tiene una superficie de 5800 m², conformados por la bodega, las oficinas, el Resto-Bar Malma, La Posada y la cava.